Saludos, amados hermanos. Es un gozo estar juntos hoy para reflexionar sobre una poderosa verdad de la Palabra de Dios. Abrimos nuestras Biblias en Hebreos 12:28, que dice así:
"Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia."
Esta mañana, quiero que nos centremos en tres verdades esenciales que emanan de este versículo.
1. Un Reino Inconmovible 👑
La primera verdad es el fundamento de nuestra fe: recibimos un reino inconmovible. ¿Qué significa esto? En un mundo lleno de cambios, incertidumbre y sistemas que colapsan, nuestra fe no está cimentada en algo temporal. El reino de este mundo puede ser sacudido, pero el reino al que pertenecemos es eterno, inmutable y seguro. Es un reino que no puede ser destruido por la economía, la política o cualquier fuerza terrenal. Pertenecemos a un reino que está bajo el señorío de Cristo, y Él es el Rey de reyes.
Esto nos da una esperanza inquebrantable. Mientras que todo lo demás puede temblar, nosotros estamos firmes en la Roca, que es Cristo.
2. La Respuesta del Corazón: Gratitud 🙏
La segunda verdad es nuestra respuesta al recibir este reino: tengamos gratitud. La gratitud no es solo una emoción; es una postura del corazón que reconoce el inmenso regalo que hemos recibido. En vez de quejarnos por lo que no tenemos, la gratitud nos enfoca en lo que ya se nos ha dado: la vida eterna, el perdón de pecados y la promesa de un futuro glorioso.
La gratitud nos libera del descontento y la codicia. Nos permite ver la mano de Dios en cada aspecto de nuestra vida, incluso en las pruebas. Un corazón agradecido es un corazón que refleja el gozo del Señor.
3. El Servicio Aceptable a Dios: Temor y Reverencia 🛐
Finalmente, la tercera verdad nos habla de cómo debe ser nuestro servicio a Dios: sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia. Esto no es un temor de pánico, sino un profundo respeto y asombro por la majestad y santidad de Dios.
Servir a Dios no es simplemente hacer cosas para Él, sino hacerlo con un corazón que reconoce quién es Él.
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Temor (fobos): Es el reconocimiento de que Él es el Dios Todopoderoso, digno de toda nuestra adoración.
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Reverencia (aidos): Es el respeto humilde y la vergüenza piadosa que nos impide pecar contra un Dios tan santo y bueno.
Servimos a Dios no por obligación, sino por un corazón agradecido que se humilla ante Su grandeza. Es este tipo de servicio el que le agrada, un servicio que nace del gozo y del asombro por el reino inconmovible que hemos recibido.
En conclusión, que nuestra vida sea una continua expresión de gratitud por el reino que se nos ha dado. Que sirvamos a Dios con un corazón humilde, lleno de temor y reverencia, sabiendo que estamos en Su presencia. Amén
Oremos:
Oh, Señor, Padre Celestial,
Te damos gracias por tu reino inconmovible, por la esperanza segura que nos das en medio de un mundo que tiembla. Ayúdanos a vivir con un corazón lleno de gratitud, reconociendo tu bondad en cada día.
Permítenos servirte con humildad, con reverencia y temor, sabiendo que estamos en tu santa presencia. Que nuestro servicio sea agradable a tus ojos, no por lo que hacemos, sino por el amor y la adoración con la que lo hacemos.
En el nombre de Jesús, nuestro Rey, Amén.
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