Tienes un Llamado, ¿Lo Estás Cumpliendo?

Publicado el 12 de agosto de 2025, 14:05

Hoy queremos que reflexionemos juntos sobre una verdad fundamental de nuestra fe: cada uno de nosotros tiene un llamado. No es algo que solo les ocurre a los pastores, misioneros o evangelistas. Es algo que Dios ha puesto en el corazón de cada creyente. Desde el momento en que aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, se nos confía una misión, un propósito que va más allá de nuestras propias vidas.

La pregunta que debemos hacernos hoy, con honestidad y humildad, es: ¿estamos cumpliendo con ese llamado?

El apóstol Pablo nos lo recuerda en Efesios 2:10: "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas."

Observen la belleza de este versículo. No somos un accidente. Somos la obra de arte de Dios, creados con un propósito. Él no solo nos salvó, sino que también nos diseñó para una vida de buenas obras. Y lo más asombroso es que estas obras ya estaban preparadas para nosotros. Nuestro llamado no es algo que debamos inventar; es algo que debemos descubrir y abrazar.

Muchos de nosotros pensamos que nuestro llamado es algo grandioso, algo que nos hará famosos o que nos llevará a un púlpito. Y si bien algunos son llamados a un ministerio de tiempo completo, la mayoría de los llamados se manifiestan en la vida cotidiana. Puede ser la forma en que cuidas de tu familia, el amor que muestras en tu lugar de trabajo, la paciencia que tienes con tu vecino, o el tiempo que dedicas a servir en tu iglesia. Tu llamado es a ser la luz de Cristo donde sea que estés.

1 Pedro 4:10 nos anima a usar los dones que Dios nos ha dado: "Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios."

Dios nos ha equipado con talentos, habilidades y pasiones únicas. Estos no son para nuestro propio beneficio, sino para el servicio a los demás y para la edificación del cuerpo de Cristo. Si tienes el don de la hospitalidad, úsalo para abrir tu hogar. Si tienes el don de la enseñanza, úsalo para compartir la Palabra. Si eres bueno con las finanzas, úsalo para ayudar a otros a ser sabios mayordomos. No hay un don más importante que otro; todos son necesarios para el funcionamiento del cuerpo de Cristo.

Hermanos, el tiempo es corto. El mundo necesita ver a Cristo a través de nuestras vidas. Nuestro llamado no es un pasatiempo, es nuestra razón de ser. No nos demos el lujo de la inercia, de la comodidad o del miedo. Busquemos la dirección de Dios, pidámosle que nos revele ese llamado que Él ha puesto en nosotros, y tengamos el coraje de vivirlo plenamente.

Oremos juntos:

Padre celestial, te damos gracias porque nos has llamado por nuestro nombre. Gracias porque nos has redimido y nos has dado un propósito. Te pedimos perdón por las veces que hemos ignorado tu voz, por las veces que hemos preferido nuestra comodidad antes que tu voluntad. Te rogamos, Señor, que nos reveles claramente cuál es nuestro llamado en este tiempo. Ayúdanos a ser valientes y a usar los dones que nos has dado para tu gloria y para el servicio a los demás. Que nuestras vidas sean un testimonio de tu amor y tu gracia. En el nombre de Jesús, amén.

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios